Quemarse a lo bonzo es una determinación suicida que toman los huelguistas más desesperados, cuando ninguna otra forma de protesta parece dar resultado. En Chile hemos sido testigos de varios casos de esos, pero se han preguntado alguna vez ¿por qué chucha la gente le llama quemarse a lo bonzo al hecho de rociarse con bencina y luego prenderse fuego?
Pues bien, este nombre viene de una historia muy triste y bonita al mismo tiempo. Para empezar, se les llama bonzos a los monjes budistas que habitan en Vietnam. Ellos lamentalemente fueron oprimidos por causas religiosas en la segunda mitad de la década de los cincuentas y la primera de los sesentas, debido a la llegada al poder del Primer Ministro Ngo Dinh Diem y de su cuñada Madame Nhu (una aristócrata vietnamita educada en Francia que asumió el cargo de primera dama), ambos católicos. Estos nuevos mandatarios intentaron imponer una serie de bruscas reformas morales, sirviéndose de las violentas fuerzas policiales de ese tiempo para lograr sus fines. Cometieron muchos atropellos a los derechos humanos, también le hicieron la vida especialmente imposible a quienes profesaban religiones no cristianas, concentrándose en los budistas. A tal extremo llegó esta persecución contra los bonzos que, luego de que ellos intentaran mostrar su descontento por medio de muchas manifestaciones en las que conseguían sólo balas por respuesta, un anciano monje llamado Thich Quang Duc llegó conduciendo su Austin celeste a una transitada esquina de Saigon, en donde ante la sorprendida mirada de miles de personas (y la de David Halberstamun, el reportero del New York Times que mostraría las imágenes este suceso al mundo) se roció con combustible y se prendió fuego. Thich Quang Duc permaneció sentado y completamente inmóvil mientras se incendiaba, sin emitir ningún sonido que diera muestras de dolor.
Sobre esta desesperada protesta, luego un shockeado David diría:
"(...) llamas estaban surgiendo de un ser humano; su cuerpo fue marchitándose lentamente, su cabeza se ennegrecía. En el aire había un olor a carne humana quemada; el hombre se quemó sorpresivamente rápido. Detrás de mí pude escuchar el sollozo de los vietnamitas que estaban ahora en la entrada. Estaba demasiado sorprendido para llorar, demasiado confundido para tomar notas o hacer preguntas, además desconcertado para inclusive pensar. Mientras se quemaba él nunca movió un músculo, nunca pronunció un sonido, su calma exterior haía un agudo contraste con la gente que se lamentaba alrededor de él."
En medio del revuelo internacional que provocaron estas imágenes, Madame Nhu (lejos de aparecer consternada en los mass-media era de esperarse) dijo: "aplaudiría si viera otro espectáculo en el cual un monje se convirtiera en barbacoa". Desde entonces recibió del pueblo vietnamita el nombre de Dama Dragón.
Sufró el rechazo de todo el mundo, hasta sus padres la desconocieron como hija, pero no faltaron los encontraron sexy que una mujer fuera tan mala y posara con armas de fuego, así que le dieron una portada de la revista TIME.
Finalmente el violento régimen cayó el primer día de Noviembre de 1963, cuando el Primer Ministro y el marido de la Dama Dagrón fueron asesinados por el General Duong Van Minh, sin que nisiquiera los gringos hicieran un ademán de intervenir.
La bastarda mujer vive ahora en Beverly Hills, junto con su hija.
Lo que quedó del cadáver de Thich Quang Duc (quien tenía 67 años en el momento de su muerte) fue incinerado según la tradición budista, pero el corazón del monje quedó intacto, ahoa es venerado como una reliquia santa por los bonzos y pueden verlo en una de las imágenes de esta colorida página.
El Austin celeste se conserva en la pagoda Thien Mu.